Teoría del arraigo social
Esta
teoría se basa en el compromiso que
mantengan las personas con la sociedad,
esto conlleva a respetar las normas
y reglas establecidas.
Dicho arraigo o vinculación del
individuo a la sociedad, depende, según Hirschi, de cuatro factores: el apego y
consideración hacia las personas (especialmente hacia aquéllas que integran los
grupos primarios); el grado de identificación y compromiso con los valores
convencionales; la mayor o menor participación en actividades sociales; las
propias creencias del individuo. (Mendoza,sf). Cuando no existe dicho arraigo a la sociedad,
es donde se dice que la persona es un antisocial ya que
atenta e infringe la normativa social y por ende hacia los
demás ciudadanos.
Teoría la conformidad diferencial
La
teoría de la conformidad diferencial en
la sociedad, está representada por los mecanismos de castigo existentes, impuestos a los ciudadanos
que no se sometan a un control social mediante las regulaciones y
leyes existentes, en los casos de los agentes
formales. Una persona con elevado grado de compromiso o conformidad
hacia aquellos valores convencionales es menos probable que se involucre en
comportamientos delictivos que otra con inferior nivel de conformidad. Y a la
inversa, (Mendoza,sf). Es decir, la sociedad tiene que conformarse con las disposiciones
establecidas (aunque no estén de acuerdo) que un poder en este caso las leyes
impongan, de lo contrario se exponen a una castigo y en la mayoría de los casos
una pena judicial.
Teoría de la contención
En
la sociedad la teoría de la
contención es la que permite de alguna forma
el orden social ya que los mecanismos
internos y externos son lo que permiten en gran medida la conducta no
desviada de los individuos. Los mecanismos de contención especialmente importantes: consistente código
moral, refuerzo de los valores, normas y objetivos convencionales, supervisión
efectiva y disciplina, roles sociales plenos de sentido de cada individuo y el compromiso con la sociedad son
los que desarrollan un individuo con un arraigo social positivo, por el
contrario los mecanismos externos son los ejercidos por la sociedad para el control, de manera imperiosa o por voluntad propia del cada ciudadano.
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